Tipos de Depresión. Endógena, exógena
Tipos de depresión. La depresión puede ser de tipo endógena o exógena, para que nos entendamos, interna o externa. Si viene de fuera, exógena, de causas externas; una enfermedad, un dolor crónico, una pérdida, un cambio… En los casos de depresión exógena, es muy importante acudir a un profesional a tiempo para poderla tratar solo con terapia, ya que, si se prolonga más allá de los seis meses, podría cronificarse, teniendo que recurrir al tratamiento farmacológico, con todo lo que conlleva.
El tipo de depresión endógena, viene por la alteración bioquímica del cerebro, hay personas que están incluso predispuestas genéticamente, que, sin haber vivido ninguna alteración externa, está desarrollando una depresión mayor, no es transitoria. Hay que intentar acudir a un profesional para que evalúe el tipo de depresión que tratamos.
Para que alguien diferencie un tipo de depresión de otro, tenemos que tener en cuenta qué le pasa normalmente a una persona con depresión. Lo primero que solemos ver es que está triste, o que tiene el llanto fácil. Hay diferentes niveles y diferentes grados. Una persona con depresión que no se siente escuchada ni apoyada, puede empeorar. Son importantes las pautas a los familiares para que sepan cómo comunicarse con ellos de forma correcta, ya que sin querer podemos hacerles daño, fomentando ese sentimiento de culpa que ya suelen tener, diciéndoles por ejemplo lo tienen todo, y que no tienen motivos para deprimirse.
Una persona triste, apática, sin ganas de nada, que ha dejado de hacer cosas, que no le hace ilusión nada. Suelen tener baja autoestima y mucho sentimiento de culpabilidad. Tienen esa percepción de que la culpa de todo es de ellos. Incluso su visión general del mundo y todo lo que acontece, es sobre todo negativa. Pueden tener alteraciones de sueño, o del apetito.
Tipos de depresión y tratamientos
Si la depresión es por causas externas, es decir, un tipo de depresión exógena, el tratamiento más eficaz según estadísticas y estudios, es la terapia cognitivo conductual y es la que trabajamos en nuestro centro de terapia online y en nuestra clínica de León, Psicología Matía. ¿Por qué es la más eficaz? porque es cognitiva, es decir que trabajamos los pensamientos, responsables de las emociones, no se pueden cambiar los hechos, pero sí cómo los percibimos, para así poder cambiar cómo nos sentimos.
Y la parte conductual. Como hemos podido observar seguramente en personas con depresión, suelen ir dejando de hacer cosas, paralizan sus rutinas, porque no tienen motivación, no tienen ganas, están apáticos. Vamos trabajando con ellos nuevas conductas, para que se vayan adaptando otra vez a la vida que llevaban antes.
Si se trata de una depresión endógena, interna, también se trabaja con terapia cognitivo conductual, pero en este caso, es necesaria complementarla con medicación, porque existe una causa física, una alteración bioquímica del cerebro, de los neurotransmisores. Cuando por ejemplo la serotonina está baja, eso nos puede afectar al sueño, al apetito, al deseo sexual.
A veces se trata de distimia, es como la antesala de la depresión, un estado menos grave y que notamos por ese estado ánimo bajo, apatía, pero sin llegar a desencadenar todavía esos síntomas que se diagnostican con la depresión, como es el llanto fácil o el dejar de seguir las rutinas diarias.
El trastorno afectivo estacional, en los cambios de estación, otoño-invierno, cuando nos afecta la luz, es muy habitual y transitorio. El trastorno bipolar, o la depresión mayor, son los trastornos más crónicos.
La depresión puede llegar a ser crónica y/o muy grave, además de derivar en problemas de salud físicos, sobre todo digestivos; úlceras, colon irritable, o también migrañas o dermatitis. Nunca hay que dejar pasar demasiado tiempo, ni dejar sin tratamiento a una persona que la padece.
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