Claves para tener una actitud positiva
Claves para tener una actitud positiva. Conocerlas, nos van a venir muy bien para los momentos difíciles que todos atravesamos alguna vez.
Hay que insistir siempre en la prevención que, en psicología, como en cualquier otra rama de la salud, es muy importante y especialmente en ciertas patologías.
Tenemos que intentar entrenarnos con las claves para tener una actitud positiva. Algo que en la teoría parece sencillo, pero en la práctica puede no serlo tanto, cuando atravesamos por dificultades.
Cuando de repente tenemos un problema y nos encontramos preocupados, hundidos, tristes, practicarlo resulta más difícil, y cuando lo conseguimos es como las dietas, es más fácil llegar al objetivo, pero más difícil mantenerlo.
Pero la actitud es fundamental en todo; por ejemplo, si le cuentas el mismo problema a dos tipos diferentes de persona dentro de tu entorno, a una persona con actitud positiva y a otra persona con actitud más negativa. Observa que la persona positiva se va a centrar siempre en la búsqueda de una solución; pero la persona negativa, se centrará en la catástrofe que supone el problema para tu vida y en cómo afectará a tu entorno, dos enfoques completamente diferentes.
Por eso es donde tenemos que trabajar primero, es en la comunicación, analizar cómo nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos. Observar si nuestro enfoque es más negativo que positivo. Hay que centrarse en las soluciones y no lamentarnos en las consecuencias del problema. Hay personas que tienen esta capacidad innata que nacen con esa facilidad de ser positivos, otras, sin embargo, necesitan entrenarla.
También nos influye el entorno, si nuestra familia y amigos tienen la mayoría una actitud positiva, al final aprendes un poco de ellos y se te van quedando cosas, igual si te rodeas de personas negativas, al final te acaban por influir en la actitud y tiendes a ser también más negativo, como ellos.
Claves para tener una actitud positiva
El primer paso cuando tenemos un problema o incidente es aceptar. Por ejemplo, si tenemos un pequeño accidente y tienes que ir al hospital, tienes que dejar de hacer muchas cosas, interrumpes tu vida, etc… Tu forma de contarlo te dirá la actitud que tienes, mira qué fastidio, lo que me ha pasado, qué mala suerte… Te hará quedarte en ese bucle negativo.
Pero si lo aceptas sin victimismo, y te centras en las soluciones, te ayudará mucho a adaptarte a las circunstancias y a llevarlo lo mejor posible. Hay que decirnos: bueno, he tenido suerte, no me ha pasado nada grave, tiene arreglo, solo son unos días de hospital, buscaré soluciones para que no se me acumule mucho trabajo, para cuidar de los niños, … Así seremos más flexibles cognitivamente, liberaremos mejor las emociones negativas y sufriremos mucho menos.
Otra cosa que refuerza mucho la actitud positiva, es expresar gratitud. Hay que sentirse agradecidos por las cosas buenas que tenemos y mantenemos, la gratitud ayuda mucho a enfocarte en lo positivo. No siempre es fácil por supuesto, depende de lo que te suceda, pero siempre hay algo por lo que te puedes sentir agradecido/a, por el apoyo de tus amigos, de tu familia, … Es bueno recordar estas cosas, antes de empezar el día o al terminarlo, antes de dormir, para no concentrarnos tanto en lo negativo.
Existe un error, un cerco cognitivo, que se llama el filtro negativo, que consiste en que la mente siempre recuerda más las cosas negativas que positivas, pero es algo que se puede entrenar, nosotros mismos podemos cambiar nuestra actitud y una buena actitud es fundamental para enfrentarnos a cualquier cosa.
Escribir es otra de las claves para tener una actitud positiva, la grafoterapia, escribir y sacar fuera nuestros pensamientos, hacer una lista de las cosas positivas del día, porque nos ayudará a darnos cuenta que son muchas más de las que creemos. Haz un diario del bienestar, como yo lo llamo, que te ayude a enfocarte en las cosas positivas y a sentirte agradecido/a. Cosas que te han gustado del día, pequeños gestos o detalles, que te han hecho sonreír o reír.
Otra clave que ayuda mucho es fijarte pequeñas metas e irlas consiguiendo, objetivos conseguibles a corto plazo.
La postura corporal también influye. Según un estudio de la Universidad de Harvard, según la postura que adoptas durante dos minutos, en el cuerpo empiezan a disminuir las hormonas relacionadas con el estrés, principalmente el cortisol. Cuando pones una postura de poder, por ejemplo, las manos en jarras, el mentón un poco hacia arriba, como de triunfar en algo, como que alimentas a su vez las ganas de victoria.
Si vamos por la vida con la espalda encorvada, o el mentón hacia abajo, es como que generas más apatía, si miras al suelo en lugar de mirar al frente, todas estas cosas aparte de provocarnos problemas físicos, afectan a nuestra respiración, si respiramos de forma más superficial, en lugar de respirar profundamente no nos oxigenamos, ni relajamos, como que cargamos más con todo.
Hay que ser constante, si entrenáramos la mente desde pequeños, nos costaría mucho menos trabajo. En los colegios debería de existir una asignatura obligatoria de inteligencia emocional, que ayudase a los niños a gestionar su actitud con menos esfuerzo, como un juego.
Por eso, a nuestros hijos hay que animarlos en casa a entrenar todo esto desde pequeños, la postura corporal, la respiración, que escriban o dibujen lo que han hecho en el día, ayudarles a enfocarse en las soluciones y en las cosas positivas, que aprendan a ser agradecidos por las cosas buenas que les ocurren. Para que se acuesten con una actitud positiva y se despierten con ganas de empezar el día siendo más resilientes y positivos.
¿Te ayudamos? +34 664 87 33 45. Ruth Matía