Prepararse emocionalmente para el embarazo
Prepararse emocionalmente para el embarazo. Dedicarnos a nosotros un poquito de tiempo, ahora que siempre estamos tan estresados, pensando en otras cosas y no en nosotros mismos; el trabajo, la casa, la familia,… Es importante mirar hacia dentro de vez en cuando y dedicarnos un tiempo a nosotros mismos. Hay que pararse y pensar, quererse un poco. Todo pensamiento genera una emoción.
Hoy en día hay muchas mujeres que se angustian por no quedarse embarazadas, y durante el primer año de intentos, puede ser normal, sin que haya causa orgánica.
La inestabilidad laboral, o las razones económicas, nos hacen cada vez dejarlo para más tarde. Y cuanto más se retrase, más problemas pueden surgir. La mente juega un papel fundamental, como en casi todo. Y las personas generan unas expectativas durante el primer mes, que tienden a no cumplirse.
Según va pasando el tiempo y la mujer no queda embarazada, crece la ansiedad y empiezan a precipitarse al futuro, cada mes se convierte en una cuenta atrás. Termina por convertirse en una situación que genera estrés constante y el estrés, también es una causa que puede impedir el embarazo.
También crea tensión y discusiones en la pareja. Ella le baja el ánimo, él a veces no lo entiende, o muchas veces tienden a culparse el uno al otro. Con la presión añadida de que los amigos y/o conocidos, de la misma edad, que ya son padres. La presión social, incluso de la propia familia que, sin querer, a veces presiona preguntando “¿para cuándo?”
Prepararse emocionalmente para el embarazo
Como consejo, a las mujeres que quieran tener hijos y estén empezando a intentar quedarse embarazadas; recomendaría intentar relajarse lo primero, pensar en otros temas importantes, intentar no generar expectativas, darse un tiempo. Si hay 1 año de plazo normal, para quedarse embarazada sin causa orgánica, entonces tomarlo con calma, no ser tan impaciente. Haz cosas por y para ti. Para concebir también hay que estar relajado/a, dedicar tiempo a tu pareja, que también puede sentirse presionado.
El pensamiento genera la emoción, si piensas que no te vas a quedar, que va a ser difícil, ya estás generando emociones de ansiedad, de malestar, de tristeza. Hay que focalizarse en el pensamiento positivo, visualizar sin ponerse una fecha, disfrutar de la espera, del proceso, como en todos los aspectos de la vida, no obsesionarse con la meta y disfrutar más del camino, con más calma. Apoyarse en las ilusiones y en la pareja. Y no comparar, porque sobre todo las mujeres tienden mucho a comparar. También hay que tener en cuenta, que muchas veces, esas comparaciones son falsas, ya que mucha gente lo disfraza y aunque haya tardado mucho tiempo en tener un bebé, cuentan que fue a la primera.
En el intento, hay muchos factores que están fuera de tu control. No hay que preocuparse, hay que ocuparse de las cosas que sí están bajo nuestro control, es un consejo básico para todo. Porque supone una pérdida de tiempo, de energía, angustiarnos por cosas que no están en nuestras manos. Genera irritabilidad, ansiedad, tristeza, sentimientos de culpa…
Tampoco están bajo nuestro control los tratamientos de fertilidad. Para los procesos difíciles, especialmente cuando una mujer tiene que prepararse emocionalmente para el embarazo, que es un tema que no suele compartirlo con su círculo social. Funcionan muy bien las terapias de grupo para verbalizar y empatizar, con otras personas que se encuentran en tu misma situación.
Las expectativas también son equivocadas en el embarazo, cuando ya se ha dado, y en la maternidad. Como muchas cosas, la realidad no es como la habíamos imaginado, no es el típico anuncio que vemos en televisión de familias felices con bebés, donde todo parece perfecto. Hay momentos felices, lógicamente, pero también muchísimos problemas y situaciones complicadas. Pueden dase además embarazos problemáticos, o partos traumáticos. Además de las depresiones postparto, cada vez más frecuentes, el estrés de los primeros meses durante la adaptación, los 15 días de la bajada hormonal… El paso a convertirse de pareja a familia, no es fácil, es poco tiempo de adaptación, y hay que tomarlo con mucha calma.
La terapia también durante el embarazo, puede ayudar a evitar futuros problemas como la temida depresión posparto. La cantidad de cambios físicos que se producen, la falta de sueño, la preocupación por la nueva situación y el no saber cómo afrontar nuevos problemas, pueden desencadenar en problemas mayores si no actuamos a tiempo.
¿Te ayudamos? +34 664 87 33 45. Ruth Matía.