Cómo aprender a decir que no sin sentirse culpable
Cómo aprender a decir que no sin sentirse culpable. Hay muchas personas, que les cuesta mucho trabajo decir que no, especialmente a los hijos. A veces solo por evitar lloros y rabietas, cedemos. Pero es importante educar ya desde que son bebés, para que aprendan a asimilar las negativas, para que empiecen a conocer los límites. Las normas, en todo hogar deben existir.
¿Pero cómo aprender a decir que no sin sentirse culpable? Porque también se da mucho en el mundo adulto. Decir que no y evitar el miedo a no agradar, que puede ocultar un problema de autoestima de la persona que no es capaz de negarse, a los amigos, a la pareja, o al jefe. Esa necesidad de aprobación, quizás venga por una sobreprotección en el desarrollo infantil, el sentir que dependes de los demás y de su aprobación, provoca el miedo al rechazo, necesitas ser aceptado socialmente y te encuentras aceptando cosas que a lo mejor a ti en ese momento no te apetecen, o no te compensan.
Todo ello al final puede traer problemas laborales, de sobrecarga de trabajo, porque al final es un estrés. Y también todo tipo de problemas personales. Al principio cuando te piden un favor, te genera bienestar, porque te gusta agradar, pero te provocas un sentimiento, cuando lo vas haciendo una vez tras otra, te sientes manipulado, y eso también te genera ansiedad, y si además das con una persona que se da cuenta y quiere aprovecharse, te conviertes en una víctima. Se da mucho en personas con una edad media de 45 años, que acuden a consulta, cuando ya no aguantan más.
Aprender a decir que no sin sentirse culpable, entra en una de las habilidades sociales básicas, que todos tenemos que aprender desde pequeños. Como todo, cuando más mayor lo aprendes, más trabajo te va a costar aprenderlo.
Se puede entrenar con ayuda de estrategias muy eficaces, incluso en personas inseguras con baja autoestima, que son el perfil más típico de este tipo de problemas.
Es básico eliminar ese convencionalismo social de que los demás te van a querer más si dices a todo que sí, pues realmente es algo que sin querer nos lo van generando nuestros padres, ya desde pequeños; el ser aprobado, sentirte apoyado por los demás, o que es de mala educación decir que no…
Cómo aprender a decir que no sin sentirse culpable. Estrategias
Una buena estrategia es buscar frases alternativas al temido NO, e interiorizarlas para tenerlas preparadas para todas estas situaciones, por ejemplo: “me gustaría, pero en este momento no puedo”, la técnica del sándwich, que consiste en decir algo positivo negativo y positivo. Por ejemplo, “gracias por contar conmigo, pero hoy no voy a poder, tal vez la próxima vez” entonces a la persona le transmites como que bueno, pues que quieres, pero no es posible y no te cierras a una próxima ocasión, que pueda apetecerte o interesarte aceptar.
La técnica del disco rayado, es muy sencilla y funciona muy bien con los hijos, imaginad como un radiocasete, de los de antes, cuando le dábamos al rec y grababa su mensaje, rebobinas y das al play. En la práctica, un hijo adolescente que te pide ir a una fiesta, y quedarse hasta las doce, él sigue insistiendo y tú sigues respondiendo también lo mismo “sabes que no puedes, porque los niños de tu edad no están hasta esa hora”. Él/Ella insiste con lo mismo, pero tú también respondes con los mismo y es como poner el rec y el play una y otra vez.
Hay personas que el aprender a decir que no, les puede cambiar la vida, son personas que por su inseguridad y baja autoestima viven por y para la gente, que no dejan de hacer favores, como prestar dinero y al final todo les supera, porque otras personas lo saben y se aprovechan. Si a la otra persona de verdad le importas, nunca vas a dejar de importarle por negarle un favor o decirle que no a algo. Decir que no, a estas personas les genera emociones de culpa que ellos mismos retroalimentan. Como hemos dicho muchas veces, los pensamientos son los que generan las emociones, hay que trabajar sobre los pensamientos.
Hay que defender lo que se llama ser asertivo, es decir “tengo derecho a decir que no”, “tengo derecho de defender mis propios derechos”, en definitiva, mentalizarse de que hay que eliminar todos esos convencionalismos sociales que nos han ido creando desde niños. ¿Te ayudamos? +34 664 87 33 45. Ruth Matía.